Marcha de procesión dedicada a María Santísima de la Soledad de Rafal (Alicante). Se utiliza como material importante en esta marcha, otra marcha de procesión titulada «Tristeza», del maestro Joaquín Gómez Juan, el maestro Quino.
La marcha comienza con una frase musical en forma de oración dedicada a la Virgen de La Soledad, ubicada en las maderas a unísono, como si de una salmodia se tratara, acompañada por un redoble de tambor sordo (sin bordones), como ya hizo el maestro «Quino» en Tristeza. Este primer tramo es completado con un segundo contrastante formado por una serie de acordes rítmicos que se yuxtaponen entre ellos formando un entramado contrapuntístico realizado por los diferentes grupos instrumentales de la banda, inspirado en las marchas de desfile de difuntos de las bandas de jazz de Nueva Orleáns (EE.UU.), con un ritmo y velocidad inferior al de estas.
En la parte central de la marcha encontraremos una sección donde está situada la cita musical, su melodía aparece desnuda con tan solo un acompañamiento de caja sin bordones obteniendo una respuesta grandiosa que realiza el grueso de la instrumentación.
En sección final de la marcha podemos hallar un proceso melódico y contrapuntístico que representa semánticamente el contenido procesional de la Semana Santa, en especial de la Rafaleña, introducido con las palabras dolce y melancólico y finalizada con un grandioso final.
Sixto Manuel Herrero
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